Una de las líneas de trabajo más importantes de las instituciones sociales es la atención en favor de las personas dependientes, es decir, de aquellas que requieren la asistencia de terceros para realizar diferentes acciones en su día a día.
En la actualidad, el tratamiento de estos casos requiere de un enfoque integral, pues se necesita promover el bienestar, la autonomía y estrategias de motivación para personas dependientes. Por ello, especializaciones como la Maestría en Gerencia Social adquieren cada vez mayor relevancia, pues ofrecen herramientas para diseñar e implementar iniciativas efectivas dentro de este campo.
En este artículo conoceremos cuáles son las principales necesidades de las personas en situación de dependencia, qué circunstancias podrían desembocar en esa condición y cuál es la forma más adecuada de tratarlas.
¿Qué significa ser una persona dependiente?
Una persona dependiente es aquella que no está en condiciones de llevar a cabo acciones básicas y cotidianas a causa de limitaciones físicas, intelectuales o sensoriales. Debido a esa falta de autonomía, requieren la ayuda permanente de otras personas, ya sea de un familiar o un cuidador dedicado.
Entre los principales ejemplos de personas dependientes encontramos a los pacientes de la tercera edad, que desarrollan limitaciones físicas o cognitivas de forma natural. Pero no son el único caso. También entran en esa categoría las personas que sufren ciertas enfermedades crónicas o que no pueden valerse por sí mismas debido a una discapacidad.
¿Cuándo una persona es dependiente?
Se considera que una persona desarrolla dependencia cuando pierde parte de sus capacidades físicas o mentales, así como sus habilidades funcionales, a tal punto de no poder realizar tareas comunes de manera independiente. Estas actividades se dividen en varias áreas.
- Autocuidado: Incluye actividades de higiene personal, como ducharse, usar el lavabo o ir al baño, además de vestirse y desvestirse.
- Alimentación: Comer y beber por sí mismo, manipular los alimentos.
- Movilidad: Realizar movimientos corporales a voluntad como levantarse, acostarse, inclinarse o adoptar determinadas posturas. Desplazarse de un lado a otro dentro del hogar, subir y bajar escaleras.
- Tareas domésticas: Realizar labores de limpieza, cocinar, lavar la ropa, salir a comprar, atender a familiares.
Causas que pueden llevar a una persona a ser dependiente
Las condiciones de dependencia en las personas se pueden desencadenar a través de diferentes causas, y cada una de ellas requiere un tipo de atención diferente. Estas son las más frecuentes.
Envejecimiento
Es la causa de dependencia más frecuente, ya que se desarrolla de forma natural. Se caracteriza por la pérdida progresiva de masa ósea y muscular, así como el deterioro cognitivo y la aparición de enfermedades crónicas. Estos factores afectan la movilidad corporal y la capacidad para tomar decisiones, lo que afecta la independencia del individuo.
Accidentes
Las lesiones producidas por accidentes son también causas comunes que generan dependencia, pudiendo ser temporales o permanentes. Situaciones de este tipo pueden afectar la movilidad de una persona, impidiendo que realicen sus labores diarias o afectando su capacidad cognitiva.
Discapacidad
Aunque no todos los casos de discapacidad producen dependencia, muchos de ellos generan limitaciones físicas, pérdida de destrezas o trastornos mentales en los pacientes, haciendo difícil que se adapten naturalmente a su entorno.
Enfermedades
La lista de enfermedades que pueden limitar la capacidad de una persona para realizar sus actividades básicas es extensa, e incluye condiciones crónicas (diabetes, artritis, cáncer), degenerativas (Alzheimer, Parkinson) infecciosas (VIH/SIDA, dengue, tuberculosis), etc.
Grados de dependencia de los pacientes
Para saber con exactitud el tipo de cuidado que requieren las personas dependientes, es necesario saber cuál es su grado de dependencia. Se suelen dividir en tres niveles.
- Dependencia moderada (Grado I): Se da cuando el paciente requiere cuidados leves y asistencia para realizar algunas tareas que les resultan dificultosas.
- Dependencia severa (Grado II): En este caso, la persona necesita ser asistida en la mayoría de sus actividades diarias, pues no tiene suficiente autonomía.
- Gran dependencia (Grado III): Es un escenario en que el paciente necesita un cuidador de forma permanente, ya que carece de capacidad física o mental para valerse por sí mismo.
¿Cómo tratar a una persona o familiar dependiente?
De acuerdo al grado de dependencia o condición de salud que tenga un paciente, su asistencia diaria puede estar a cargo de sus propios seres queridos o de instituciones sociales, a través de enfermeros o terapeutas. En cualquier caso, los cuidadores de personas dependientes deben adaptarse a sus necesidades específicas desde un enfoque integral.
En líneas generales, la atención de personas dependientes incluye asistirlas en tareas de higiene y aseo, desplazamiento, alimentación, control de medicación y actividades cotidianas. Además de ello, es importante fomentar la autonomía del paciente, cuidar su salud y proporcionarle un entorno seguro.
Hay varias formas de fomentar la autonomía de las personas dependientes. Una de ellas es identificar ciertas acciones que sí puedan realizar por su cuenta y motivarlas a que las pongan en práctica. También es importante recordarles que son personas capaces, a fin de mejorar su autoestima.
Para garantizar un tratamiento especializado, existen residencias para personas dependientes que cuentan con personal calificado. No obstante, los pacientes también pueden ser atendidos por sus familiares, aunque es recomendable que el proceso sea supervisado por un profesional.
Principales ejercicios para personas dependientes
Dentro de las dinámicas para cuidadores de personas dependientes, existen rutinas de ejercicios sencillos en los que pueden instruir a sus pacientes. La mayoría de ellos se adaptan a adultos mayores, mientras que las personas con discapacidad o con ciertas enfermedades requerirán de actividades que se adapten a su condición.
Algunos de estos ejercicios incluyen caminar durante algunos minutos dentro de la casa, sentadillas con poca flexión de piernas, extensión de las extremidades, rotación de articulaciones e inclusive pequeñas sesiones de baile.
Finalmente, es importante recordar que la actividad física es de gran ayuda para mejorar la salud de las personas dependientes, tanto a nivel físico como mental.